El mundo del fútbol está lleno de adjetivos y sobrenombres, y aunque en algunos casos el orígen de estos resulta evidente (viendo la camiseta del real Madrid no es difícil imaginarse porqué se les llama el equipo “merengue”), en otros tes mucho más incierto.
Sin ir más lejos, éste es el caso del sobrenombre con el que se conoce a los aficionados del real club Deportivo Español de Barcelona, e incluso al club en sí. Los “pericos” o los “periquitos”, es un mote con el que cualquier aficionado al fútbol está familiarizado, pero de entre todos ellos, seguro que muy pocos sabrían explicar el porqué de este mote.
Y no es únicamente porque no exista una relación directa y clara entre alguna característica del club y esta denominación, sino también porque ni siquiera hay una certeza absoluta acerca del orígen del mote.
Investigando acerca de los motivos que pudieron llevar a identificar al Español con el sobrenombre de “pericos” o “periquitos”, hay dos teorías al respecto,
La primera de ellas hace referencia a la presencia de estas aves en las inmediaciones del estadio de Sarriá, que fue la sede del club blanquiazul desde 1923 hasta 1997. Según se explica, en ese año de 1923 el club se mudó a este nuevo estadio, cerca del cual había palmeras y otros árboles en los que era posible encontrar numerosas colonias de este tipo de pájaro, por lo que acabó por establecerse una identificación entre el animal y el club.
Sin embargo, aunque a primera vista es una teoría que encaja y parece tener cierta lógica, los aficionados más veteranos dan mayores visos de credibilidad a la segunda teoría que existe al respecto, a pesar de parecer más enrevesada.
Esta segunda teoría habla de un ilustrador humorista que dibujaba para un semanal satírico sobre fútbol, Valentí Casanys, solía hacer mofa del escaso número de aficionados del Español en relación a los del Barça, llamándolos, “los cuatro gatos negros”.
Por aquel entonces llegó a España la figura de Félix el Gato, que en catalán se conoció como “Gat perico”, por lo que esté dibujante comenzó a llamar a los aficionados españolistas “Els quatre gats pericos” (Los cuatro gatos pericos). Lo demás fue cuestión de tiempo, y al cabo de unos años se identificaba la figura del españolismo con el sobrenombre de “perico”, con el que ha llegado a nuestros tiempos.